NIDAL DE COLIBRIES
N° 1
Revista bimensual de minificción
cajamarquina
N° 01 – Chota, Cajamarca, Agosto de 2013
Editores
Carlos Campos Vásquez
José López Coronado
Fernando Vera Vásquez
Uno de los acuerdos del
Primer Encuentro Regional de Escritores de Minificción de Cajamarca “Nidal de
colibríes”, realizado en Chota, Cajamarca, Perú, el 04 de mayo de 2013, por el
Grupo Cultural Wayrak, fue el de publicar las minificciones de los escritores
participantes. El nombre de esta página hace eco al del encuentro y que es
título de la Antología de la Minificción Cajamarquina que se ha preparado antes
del mismo y que se ha enriquecido después del evento. Esta página tendrá una
publicación bimensual de los escritores de minificción de nuestra región
Cajamarca y que se inaugura hoycon esta breve selección:
GOOD MORNIG
Manuel Bautista Mestanza
(Chota, 1962)
Habíamos salidor a pasear toda la familia y en el
trayecto se acerca Aron, un amigo, desenvuelto y vivachón.
‒ Goodmornig.
–Le saluda a mi madre, con mucha educación. Ella la mira desconcertada y luego
nos dice, estos jóvenes de ahora ya no saben respetar a sus mayores y luego
estiró la mano en acción de corresponder el saludo del amigo.
‒ ¡Ayyy!. ‒Dio un grito el muchacho, sobándose la
mano.
‒ Él me está pidiendo un mordis… y yo le he
mordido la mano, dijo mi madre.
HOMO
LOQÜENS
Lúcido Enrique Boy Palacios
(Cajabamba, 1965)
Hay
frases hechas con las que se pretende transformar la realidad. En verdad son
puros cuentos, en el sentido vulgar del término.
Saque
usted sus propias conclusiones. Se despide el periodista luego de formar
sugestiva y subrepticiamente la opinión pública.
Caiga
quien caiga. Descubierto un acto de corrupción, la eterna promesa. Al final
nadie cae, se sacrifica un chivo expiatorio o el que debió caer más bien
asciende.
Se
castigará con todo el peso de la ley. Tras un largo tiempo se comprueba que la
ley no tuvo ningún peso.
Punto
de quiebre. Se dice también viraje. Enmendación de rumbos o simplemente cambio.
Sin embargo todo se mantiene igual o el remedio resulta pero que la enfermedad.
No
politizar. Llamado que se hace después de que se ha politizado todo.
Trabajamos
en forma transparente. Exclamación lo la que se esconden los negociados bajo la
mesa.
Gobernamos
para todos. Peligrosísimo slogan que oculta el agravamiento de las
desigualdades.
SEDUCCIÓN
Carlos Campos Vásquez
(Chota, 1965)
No por favor. Debes ser paciente.
¿Por qué no?
Soy decente.
Mi madre también lo era.
Bueno pues entonces…
CONDIMENTACIÓN
Juana Cusma Cabanillas
(Chota,
1963)
Se había ahorcado. Julia
estaba llena de problemas, por eso le decían Aurelia Baldor. Ah, qué pena, le
dijo María a Carlita, recordando a su compañera de estudios. A veces la vida es
insípida, no sabe a nada, solo huele a podrido, chamuscada o a
muerte. ¿Y tú, Carlita, cómo estás? Yo tengo suerte de tener mi cocinero y
todos los días me quita la razón. Me da la sal de la vida, es ocurrente, vieras
como me condimenta y me da sazón; es rápido, luego luego me macera, y sas, sas,
me pone al fuego. Yo, qué más quiero, me caliento mucho, mucho, me cocino y al
instante me come, saboreándose, desde entonces ya no existo más.
TUPAY TUPANA
Ulices Gamonal Guevara
(Cutervo, 1950)
Cuentan los mayores que
cansados por los abusos de los encomenderos los pobladores de la gobernación de
Jaén de los Bracamoros, decidieron sublevarse contra los señores chapetones
españoles dueños de la horca y cuchillo.
Dicen que mediante sus
mensajeros secretos empezaron a preparar la gran rebelión para acabar con los
abusivos que vivían en la antigua ciudad de Jaén de Bracamoros. Prepararon sus
ejércitos con los hombres más bravos y temibles de cada comunidad, que hoy los
conocemos como “SinchiKakajam”, se preparaban en noches de luna llena en medio
de danzas y el sonido de grandes troncos en anuncios de guerra, se pintaban la
cara con achote y aguzaban sus temibles lanzas de pona, cerbatanas, boleadoras,
filadísimas hachas de la más piedra dura de los ríos y otras temibles armas de
la bravía e inescrutable Amazonía.
Totalmente preparados para el
ataque sorpresivo, los insurrectos que eran millares, se reunieron cerca de
Puyaya, entre los actuales pueblos de Pomará y La Primavera. La consigna era
encontrarse todos armados. En la retaguardia las armas menos ofensivas y en la
vanguardia las más filudas y temibles lanzas de pona, junto a la piedra
“TupayTupuna”, enorme roca arenisca afiladora. Allí siempre afilaban sus
cuchillos, hachas y machetes los transeúntes. En este lugar empezaron a
reunirse los ejércitos rebeldes. A una sola orden todos los fieros guerreros
afilaron sus temibles lanzas de pona hasta dejarlas como filudos cuchillos,
luego se distribuyeron en son de ataque al antiguo Jaén por disposición de sus
armas. Serían las dos de la madrugada cuando realizaron el sangriento asalto,
fue tan veloz que hubo poca resistencia de los gendarmes coloniales, la matanza
fue espantosa, dicen que corrió tanta sangre que se filtró por las grietas de
la tierra hasta la quebrada de Pacu Yacu, cuyas aguas como testimonio de
la rebelión siguen siendo rojas y la gran piedra TupayTupana sigue en este
lugar como silencioso testigo.
LA SONRISA
Antonio Goicochea Cruzado
(San Miguel,
1946)
Una espontánea sonrisa adornaba su cara de niña; de entre todas lassonrisas
de las niñas del lugar la más fácil, la más franca, que hacíadelirar. Un par de
hoyuelos en los rubores de sus mejillas aparecíanfugaces; y, con una mirada
vivaz, que oscilaba entre inocente y pícara, o conel rabito del ojo me
latigueaba entero.
Sonrisa, mirada y hoyuelos y una blonda cabellera que en cascada lecaía por
los hombros, delineaban entera su inocencia.
Han pasado las vacaciones de fin de año. Ya no es la misma sonrisa, nila
mirada; sólo los hoyuelos aparecen furtivos; los rubores cubren de repentesus
mejillas.
¿Qué esconde ahora la pena de
su sonrisa?
HOJA DE COCA
William Guillén Padilla
(Hualgayoc,
1962)
Miré los ojos de mi hijo recién nacido y ya ni
me sorprendí: más verdes ni la pampa de fútbol. Mi sexto hijo, por sexta vez
(perdonen la redundancia), tenía los ojos verdes, como ninguno de los de mi
familia.
Pensé que por fin, dejándome de
tanta complacencia, me armaría de valor y se lo diría: “Dime Teresa, ¿a quién rayos
salieron esta vez los ojos verdes?” Y así fue. En la misma casa de la partera,
y delante de mis suegros, le hice la pregunta.
–¿De dónde nuevamente esos ojos verdes,
Teresa?
–¡De tanta hoja de coca que mascas, será!
¿De qué más va a ser, Florencio? –Me dijo, gritando tanto que casi rompe mis
tímpanos.
Yo se lo creí, porque así es pues,
masco tanta hoja de coca que ya ni me acuerdo de cuándo hice a ese zarco
hermoso que otra vez se llamará Florencio, como yo. Florencio Sexto, por ser el
sexto –disculpen la redundancia– y salud con todos.
RÍO Y POETA
VESTIDOS DE ETERNIDAD
César Mejía Lozano
(Bambamarca, 1962)
La poeta proyecta su mirada al
infinito, siente la crueldad del tiempo en su piel. A un metro de sus pies el
río Chone detiene su paso de trotamundos. Se resiste a morir en el mar, ha
descubierto en los ojos de esta bella mujer la última posibilidad de vivir para
siempre. Entonces, río y poeta, mujer y trotamundos unen sus miradas vestidos
de eternidad.
MALDITO VICIO
Wellinton
Montalvo Salazar
(Chota, 1964)
Saltando, saltando, Olinda, muy
contenta ingresó a las malditas maravillas del vicio “Un tragamonedas”, sito en
el Jr. Travesuras S/N, ciudad del Encanto. Sólo en tres horas se consumaron sus
sonantes y sustraídos S/.250.00 que eran de su abuela, Hersila. Ella había huido de su I.E. “Fácil Escape”,
en horas de clase. Luego, la menor fue
premiada por las “Fuerzas del Orden” con las esposas de la captura.
DOÑA
CARMEN PASTORA
Blasco Núñez Carranza
(Chota,
1960)
A
sus catorce años, Carmeluchita vivía entre sus ovejas, hilando y pastando en
las laderas de Yuracyacu; a su vez, don Eulogio Tangracioso diseñaba sus
setenta órbitas de vida y medio año de viudez; por lo que se valió de sus
“teneres” para convencer a la abuela y tomar a Carmeluchita como nueva esposa.
Naciéronle dos hijos y el populacho comentaba en todo lugar que los hijos no
eran de don Eulogio sino de cualquier oportunista del amor. En poco tiempo
enviudó la joven madre y seguía teniendo descendientes. Cuando el profesor
Uriarte le preguntó por el apellido de los pequeños para matricularlos, ella
respondió, que dos eran del Eulogio y los demás eran “hijos del viento”; a lo
que el profesor hizo un gesto de humorada modestia y remedió la situación agregando
el apellido del primer hijo a todos los siguientes y evitó vacíos en el
registro. También habituaba doña Carmeluchita a comentar deteniéndose en el
camino, con cualesquiera, su situación y la de sus hijos; unos le respondían
con cariño y otros con ademanes de “si será pue”. Al celebrarse una fiesta
comunal, el párroco le interrogó, dónde estaba el padre del grupo de niños de
su alrededor y ella dijo ser viuda hace muchos años; el religioso caviló y
curioseó de nuevo: “¿Y el padre de estos pequeñitos?”. Y ella sin titubeos
respondió: “Ocurre taytito que cuando le entra ganitas; será pue, mi difunto
Eulogio viene desde el panteón de Tunaspamapa por las noches y llega bordeando
a la cama a hacer la cría y antes que raye el día se regresa a su panteón”. Así
crecieron sus hijos con rostros distintos y el mismo apellido.
A la memoria de doña Carmen pastora.
A la memoria de doña Carmen pastora.
DOMINGO SIETE
Rosa Zoila Silva Latorre
(Chota, 1953)
Por tu culpa estoy así, cura
maldito, murmuró la mujer en voz baja, viendo abierta la puerta de la Iglesia.
La infeliz, tenía el pómulo derecho amoratado y el labio superior todavía
sangrante. Se sentó en una banquilla de la plaza a lado de una palmera; yo que
soy un cuentero empedernido, me senté a su lado por si podía orejear la causa
de su descontento, que ya había encendido hasta el tope mi curiosidad.
Sacudiéndome el bigote para llamar su atención, la saludé; y sin esperar
preguntas, soltó el chorro: todo empezó, dijo, el domingo siete que no hubo
misa, porque el cura no llegó de viaje o estuvo con pandemia. La vieja llegó
más temprano y !sass! se convirtió en infierno lo que fue gozosa gloria; me
halló atendiéndolo a su marido y me despidió del trabajo así como estoy. Pero
lo que más me duele es que a él lo invalidó para toda la vida.
OPORTUNIDAD
Britaldo Tirado Medina
(Bambamarca, 1966)
Un hombre ante la presencia de Dios. “¿Qué
hiciste en tu paso por la tierra?”. “Nada que dañe tu creación, Señor. El
trabajo no permite ocuparse de ti. Alimenté a los hijos del hambre”. Dios,
sin reproche le dice: “Voy a darte otra oportunidad. Volverás por tu
salvación, allí puedes lograrlo”. El hombre volvió a la vida, era el
único sobreviviente de un desastre aéreo. La fama de salvado le convirtió en
millonario, tuvo tanto dinero que cada hombre que se cruzó en su camino le daba
dinero. Así recorrió el resto de su vida. Con la edad avanzada murió y de nuevo
frente a Dios. “Gracias, Señor, por darme riqueza, ayudé a pobres y
mendigos”. Dios como un canto de colibrí encandilado por la
flor. “Entendiste mal mi obra. Lo que ellos necesitaban era amor y no
perdición”.
GOLPE TRAICIONERO
Segundo
Torres Cusma
(Chota, 1958)
Una noche del mes mariano, en el caserío de Chiriconga,
unos individuos invadieron mi habitación, y una vez alertado, les llamé la
atención. En ese instante se pusieron prepotentes, no querían salir; trataba de
convencerles que estaba prohibido ingresar a vivienda ajena sin consentimiento
del propietario, pero ellos entercados no aceptaban su error, hasta que se
dispusieron a pelear, yo estaba solo en mi cuarto, empezaron a atacarme,
intentaba defenderme, pero ellos estaban en grupo, no pude evitar ser golpeado,
en esos intentos uno de ellos un flaco larguirucho logra asestarme un derechazo
en el ojo izquierdo, haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo, luego
recuperé las fuerzas, me repuse cogiendo un puñal, al ver la reacción tan
brusca no sabían por donde escapar, unos fugaron por las aberturas de la
puerta, el otro que me observaba si me repongo fue el último en salir, con la
desesperación de evitar ser apuñalado no calcula la abertura de la puerta y se
estrella, lo que causó una explosión, la sangre que había sorbido salpica la
puerta y el resto en mi cara, lo que me despertó con el párpado hinchado. Los
agresores habían sido un grupo de zanquilargos…
DINOSAURIOS
Rony Guevara Vásquez
‒ ¡Padre, faltan los
dinosaurios!
‒ No. Son muy pesados
–sentenció Noé mientras cerraba la puerta.
LAS CUATRO PRENDAS
Jaime Vásquez Vega
(Chota,1958)
Paseaba por el borde de la carretera que pasaba por mi
campiña, para así renovar el aire de mis pulmones, infestados de humo del área
urbana.
Era el inicio del año nuevo y como avanzaba en mi
caminata, de trecho en trecho encontraba un calzón, el primero de color rojo,
colgado de la rama de un chirimoyo, otro, un verde, colgado de unos matorrales,
uno, blanco en la rama de un sauzal y un azul a un costado de la vía. Todos en
buen estado aún. Yo, perplejo no sabía explicarme sus presencias. Dije, tal vez
son las consecuencias de amores escondidos.
Después me informaron que, creencias de algunas
féminas, las abandonaban en las vías de mayor acceso, para cambiar de suerte o
de amor por uno nuevo. Sucede como quien despide al año viejo y lucir una nueva
prenda amarilla que mientras más pequeña sea, mejor.
PAPEL
Fernando Vera Vásquez
(Chota, 1960)
El empleado avanzó raudo cortando el paso al abogado a
quien acababa de facilitarle unas copias claves de un expediente. Con ánimo
resuelto le requirió:
– Mi doctor, no ha dejado el papel.
– Cómo que no he dejado el papel -replicó el
letrado- si te estoy entregando un ciento.
– No mi doctor, falta el papel moneda.
LAS FLORES DE JUANITA
Carlos Alberto Vigil Vásquez
Carlos Alberto Vigil Vásquez
(Chota, 1954)
La
Directora, muy molesta, hizo llamar a la tía de Juanita. Había que poner coto
al atrevimiento de la inquieta muchacha. En un colegio de monjas, ¿cómo
permitir que una alumna vaya por ahí soliviantando a las demás, jactándose que está
con Marx, Lenin, Engels, Mao, Fidel Castro y el Che Guevara?
– ¡Están regando las flores de mi
Juanita! protestó doña Grima, apenas llegó. ¡Aquí la gente es muy habladora,
madrecita! ¿Quién será ese Che Guevara? ¡Segurito un vago, como los otros! Madrecita…
¿cómo va a creer usted que mi chinita esté con tantos hombres, si ni siquiera
sale de mi casa?
SHINGOS
Estuardo Villanueva Díaz
(Chota, 1939)
Unos caballos al ver que los
gallinazos se comían un caballo muerto, metiendo su cabeza por el trasero del
animal, se dijeron:
–¡Vamos a joderlos a estos
“shingos” de mierda, que se comen el cadáver de nuestros hermanos! ¿Qué se han
creído?
Se echaron en la pampa, y se
hicieron los muertos. Y, cuando vinieron los gallinazos y metieron su cabeza
por el culo para empezar a comérselos, los caballos ajustaron bruscamente el
ano. Apresando la cabeza del shingo. Se pararon y comenzaron a encabritarse,
saltar, escarcear rebrincar y corcovear, hasta que los gallinazos se murieron
con el cuello roto. Desde entonces: los shingos, ya no empiezan a comerse el
caballo muerto por el culo, sino por los ojos.
LEVITACIÓN
Eber Zárate Bustamante
(Cutervo,
1984)
─¡Es un
santo! ─exclama doña Pura, con los ojitos chispeantes de júbilo.─ ¡El padre
Drago es un santo!
Sentados a
la mesa, los demás solo la oyen, pues están más atentos a las urgencias
terrenales del almuerzo que a las consideraciones espirituales de la abuela.
─Y si no ha
llegado a Papa es porque aún en Roma no están al día de sus milagros─ continúa
la viejecita, con los nervios excitados.
─¿Como
cuáles? ─inquiere con inocencia uno de los nietos.
Al saberse
tan bien apacentada por este pastor de hombres, la abuela respinga la nariz del
puro orgullo.
─¡El padre
Drago levita! ─exclama doña Pura.─ Se lo ha visto suspenderse en el aire
mientras oficia la misa, cuando visita a los enfermos, cuando camina por la
calle…
─Eso sí debe
de ser cierto ─interrumpe el nieto─, porque si no, ¿cómo hace para subir hasta
la habitación de las mucamas, si él no tiene las llaves de nuestra casa?
EL SILENCIO MUSICAL
Carlos
ZeladaCalderón
(Chota, 1976)
Dijo Beethoven: “¡Quiero escuchar
el silencio!” Pensaban que estaba loco...
Escuchar que no estás escuchando
nada, estás escuchando el silencio.
(Ahora te das cuenta por qué
existen los silencios musicales).
ELEGIR
José López
Coronado
(Chota, 1961)
Hasta existen chistes acerca de la superstición. Si
sueñas rata, dice uno de ellos, es porque te van a robar. Pero si sueñas
abogado, es porque ya te robaron sin que te hayas dado cuenta.
La realidad ha cambiado y la superstición también.
Ahora si sueñas con abogado, es porque te van a robar. Pero si soñaste con el
alcalde, es porque ya te robaron en tu propia nariz.
Si no sabes elegir, no eliges autoridad, sino a tu
propio ladrón. Por eso, averigua bien quienes son los candidatos. Todo aquel
que invierte millones, tiene que recuperar su capital y, además, el interés
equivalente al monto total.
LA ARAÑA
Javier
Villegas Fernández
(Chota, 1958)
Se había despojado de la
ropa. Él, la oteaba sin ninguna mesura, tratando de grabar cada milímetro de su
cuerpo, porque intuía que su retorno se rezagaría por un buen tiempo. Estaba a
punto de hurgar esa piel blanca y liza, que fulguraba en el espejo, pero una
araña que pendía del mismo centro del dormitorio, lo distrajo. Entonces recordó
que su abuela le decía: “Si una araña pende delante de ti, es sinónimo de buena
suerte. Eso significa que se hilan sueños memorables y una estela de luz
acompañará tu itinerario”. Después de haber desembocado su fogosidad, se
percataron que la araña, seguía allí.